sábado, 20 de noviembre de 2010

capitulo 8

            -¿eres tú? ¿Seguro que eres tú?
            -sí mi niña, si- era él sin duda.
            -¿seguro que no eres aquel al que ha enviado mi padre?
            -No sé quién es tu padre y soy yo. Mis padres están en nuestra antigua casa desempaquetando las cosas.
            -discúlpame un momento por favor- salí de allí y llame a Lucifer.
            -¿papá?
            -dime hija.
            -¿has enviado ya al demonio ese que ibas a mandar?
            -no, de echo… estoy hablando con él en estos momentos.
            -ok, de acuerdo- colgué y regresé al salón.
            Me puse enfrente de él y le eche los brazos al cuello. Lo traje hacia mí y lo besé con toda la pasión que pude tener en ese momento. Las lágrimas se me saltaron y sin aguantar más me eche a llorar como una niña pequeña.
            -ya… shh... cálmate. No te voy a abandonar nunca más.
            -¿me lo prometes?
            -si pequeña, si. Te lo prometo.
            Me levanto la barbilla con un dedo y me besó como si nunca se hubiese ido, como si nunca me hubiese abandonado. Poco a poco me calme y no sé como pero al despertar estaba en el sofá con una manta echada por encima y Arturo a mi lado. No había sido un sueño al fin y al cabo. Me lleve una mano a la boca y toqué mis labios que estaban un poco hinchados. Me levante con cuidado para no despertarlo. Una vez conseguido miré la hora de mi móvil. Las cuatro y media. No llevaba dormida ni cuatro horas. Me volví a poner a su lado y me tapé con la manta. Pocos segundos después, ya estaba dormida de nuevo.
            Cuando me desperté era de día, pero estaba empezando a amanecer. Mire mi móvil. Las siete y media. Mire hacia atrás y vi a Arturo aun dormido. Me acerqué a él y lo besé. Uno, dos, tres. Nada. No se inmuta. Voy a la cocina, cojo un vaso, lo lleno de agua, vuelvo al salón y le echo el agua por encima de la cabeza. Se despierta sobresaltado. Lo normal. Aunque hubiese estado bonito que no se despertara con el agua…
            -¿qué haces?
            -despertarte.
            -¿sabes que hay otra maneras de despertarme?. Joder. La próxima vez, enciendes la estufa o por lo menos mira a ver si tengo ropa.
            -perdona. ¿Hoy vienes a clase?
            -claro.
            Lo deje en el salón y me fui a mi cuarto a buscar algo de ropa limpia para ducharme. Una vez duchada, peinada y vestida bajo abajo para llevarme la sorpresa del siglo. No esta, se ha ido, pero me ha dejado una nota.
           
Regina he ido a mi casa a cambiarme ya que me has mojado. Nos vemos en clase pequeña.
                        P.D. estoy en tu clase.

            Las ocho menos diez ¿y Lilia? Cojo el móvil y marco su número
            -¿diga?
            -Lilia, ¿piensas venir a por mí o llamo a otro para que me recoja?
            -ya voy. Estaba saliendo de casa.
            -No me tardes anda.
            Cuelgo y empiezo a pensar en donde puse la mochila. En casa de Gabriel. Fantástico. Bueno cogeré la otra. Qué remedio. Meteré los libros de hoy. Veamos… solo me falta uno. El de francés. Genial. No necesito mochila. Lo echo en la de Lilia. Y ya. Escucho una moto. Son las ocho. Debería de ser Lilia. . por aquí no hay más casas. Acerté. Era Lilia.
            -¿vamos?- me pregunta.
            -sí, echa este libro en tu cartera porfa.
            - valep, sube-me monto y vamos al insti. Cinco más tarde ya estamos dentro y en clase. Busco a Arturo o a Gabriel pero aún no han llegado. Me siento y llamo a Lilia.
            -¿Qué pasa este finde al final? ¿Vas a ir a la fiesta de Black o qué?
            -al final no voy. Me surgió algo- se sonroja al decir eso.
            -¿me estás diciendo que…?
            -¡noooo! Peli romántica en mi casa y a dormir.
            -Ammm… ¿seguro? ¿No saliís el sábado?
            -qué va. Tu si ¿no?
            -No sé, a lo mejor.
            -¡Buh!
            -¡ah!-grite- no me asustes Arturo.
            -¿cómo sabes que soy yo y no otro?
            -¿por qué eres el único que me hace eso?
            Me acerco a él, le rodeo el cuello con los brazos y lo besó. Toda la clase se quedó boquiabierta.
            -como echaba de menos esto- y volví a besarlo- ha sonado la sirena. ¿Dónde te vas a sentar?
            -donde me diga el maestro.
            -ok…-le puse mala cara y llega la tutora.
            A ver chicos-empieza-hoy hay dos alumnos nuevos. Arturo y Ángel. Sentaros juntos detrás de la mesa de Regina- lo que me faltaba, un ángel y un demonio cerca. Gabriel no me dirigió la palabra en toda la mañana. En cambio Ángel hablaba conmigo cada vez que podía y no estaba con Arturo. La mañana pasó rápido y antes de que me diera cuenta ya era la hora de volver a casa.
            -Lilia me llevas a casa o me quedo a comer en tu casa.
            -Ya te llevo yo Regina.
            -vale, gracias Angel.

1 comentario:

  1. me encanta arturo!!! xD me a gustao muchiiisimo el capitulo, espero el siguiente con muchisimas ganas ^^ muchos besooos =D

    ResponderEliminar